Todo a la vez

luis salazar

ABR 2023

 
 
 
 

Superposición y simultaneidad

La obra de Luis Salazar (Caracas, 1968) se ha caracterizado por revisar el arte como un producto de consumo. Pareciera que esa noria que moviliza la industria cultural termina desgastando el aura, dejando apenas escombros de un objeto reproducido infinitamente por todos los medios disponibles.

En esta oportunidad, para la individual Todo a la vez, Salazar mezcla las estrategias de las que se ha valido, —como la apropiación— con dispositivos que como sellos personales intervienen los planos pictóricos o las instalaciones en el espacio. Una combinación donde se deja ver como pintor avezado y como artista urbano que vibra con lo que ocurre en el presente. Pareciera que su visión se ha ampliado y nos plantea un laberinto de ideas y referencias en tensión que dejan en segundo plano la obra original en referencia. 

Más de veinte pinturas de mediano y gran formato se despliegan en las   tres primeras salas; obras que se pasean de lo figurativo a lo abstracto confrontadas sin recato, resumiendo su confesa irreverencia frente a las verdades instituidas de la historia del arte. En el espacio intermedio, una gran instalación con retazos de mobiliario y piezas encontradas se reformula con tablones pintados por el artista. Allí confluyen una mezcla de elementos que conforman un gran retablo contemporáneo de maravillas donde se superponen simultáneamente distintos discursos y estéticas. En la última sala se muestra otra instalación con retratos de rostros sin rasgos individuales, una legión de personajes volátiles y, sin embargo, inquietantes.

En una época en que la realidad supera a la ficción, el artista cuestiona sarcásticamente esas verdades, demostrando que el arte contemporáneo desmonta los mitos del arte mismo y pone en evidencia las contradicciones de la sociedad actual. 

La curadora, Tahia Rivero.